Lima. – El pasado viernes 09 de julio, se llevó acabo la Capacitación Virtual “Accesibilidad y ajustes razonables para atención de mujeres con discapacidad”, dirigido a funcionarios operadores de la Línea 100, el Chat 100 y a funcionarios del Programa Nacional para la Prevención y Erradicación de la Violencia contra las mujeres e integrantes del grupo familiar – AURORA. Se contó con la participación de 107 funcionarios.
Este evento forma parte del proceso de capacitación a funcionarios de distintos servicios de protección, del proyecto “Una vida digna y sin violencia contra mujeres y niñas con discapacidad en Lima, Cusco y San Martín”, ejecutado por Paz y Esperanza, para la ciudad de Lima.
La capacitación estuvo a cargo de María Alejandra Espino Layza – Abogada por la Universidad Católica del Perú – PUCP, con estudios en Maestría de Derechos Humanos, con un Diplomado en Discapacidad y ha sido parte de la Clínica Jurídica de Discapacidad, en la Facultad de Derecho de la PUCP. En la primera parte del evento se compartió algunas experiencias de los participantes con mujeres con discapacidad. Una de las frases que marcó esta parte introductoria fue “El cuerpo es un millón de posibilidades”, compartida por una participante que citó su experiencia de trabajo con personas con discapacidad. La frase permitió resaltar que el trabajo que se realiza debe recuperar este sentido humano de relacionamiento con el otro/a.
Al conversar con María Alejandra sobre la importancia de espacios de capacitación para funcionarios, ella comenta que “En Perú se tiene un buen marco normativo, pero que no basta con que exista, necesita ser aplicado en el trabajo diario de los funcionarios; sobre todo en el tema de violencia contra la mujer con discapacidad. Es importante que se generen espacios de capacitación como este, de llevar a la práctica lo que está en la ley. Se necesita utilizar al Derecho y a las Ciencias Sociales como herramientas para mejorar las vidas de las personas con discapacidad, por eso es importante que sean aplicados de manera tangible.”
Asimismo, Espino da algunas recomendaciones para los funcionarios. En primer lugar, se debe “aplicar lo que se está dando en las capacitaciones. No paralizarse, ver la forma de solucionarlo. Es cierto que la accesibilidad es difícil y cuesta. Sin embargo, se puede buscar soluciones a situaciones concretas, compartir experiencias entre pares y se puede trabajar en la construcción de alianzas con organizaciones afines al tema de discapacidad; ya que muchas veces el trabajo pareciera ser un trabajo en soledad. Las alianzas generan que ya no se sienta así, tener una red ayuda a mejorar la atención y no dejar a la persona a la deriva.”
Con el apoyo del Fondo Fiduciario de Naciones Unidas para eliminar la violencia contra la mujer, Paz y Esperanza viene trabajando estos espacios de formación con funcionarios de los servicios de protección, con la finalidad de sensibilizarlos frente al temática de discapacidad, género y derechos; así como proveer herramientas que les permitan acompañar asertivamente los casos de violencia hacia mujeres y niñas con discapacidad.
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