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En los últimos meses, dentro de las actividades del proyecto Comunidades Resilientes: Fortalecidas y Promotoras de Paz, el equipo de Paz y Esperanza Ecuador elaboró una línea base con el objetivo de obtener información sobre la violencia intrafamiliar, y sus conocimientos sobre la conceptualización, causas, naturalización, y acceso a la justicia para garantizar los derechos de las mujeres y niñ@s. Por eso, ellos tocaron puerta a puerta en las comunidades vulnerables del Noroeste de Guayaquil, Flor de Bastión, San Francisco, y Balerio Estacio, para encuestar a los residentes, y conocer la realidad dentro de sus hogares.

Le pedimos a nuestra voluntaria de los Estados Unidos, Anna Perronne, que compartiera su evaluación para nuestro Informe de Consultoría de Línea Base desde una perspectiva de género, ya que es su tema de estudio ahora en la Universidad de Stanford. Anna está con nosotros por unos meses con nuestro programa de voluntariado internacional Andemos y está ayudándonos con proyectos de empoderamiento y formación para mujeres. Estas son las reflexiones de Anna a los resultados de la encuesta “Escuchando tu opinión”, realizada por Paz y Esperanza Ecuador con el apoyo de Misión Alianza Noruega:

Algunos de los resultados llamaron mi atención, especialmente en cuanto a las dinámicas de género.

Según los resultados de la línea base, 50% de los hombres entrevistados (20 de los 39) y 36% de las mujeres entrevistadas (43 de las 119) creen que hay violencia intrafamiliar porque la víctima la provocó. Es preocupante que tantas mujeres crean que ellas provocan la violencia contra sí mismas, y notamos que hay una brecha entre el porcentaje de hombres y mujeres entrevistados que creen que la víctima provoca la violencia. Me hace pensar que casi el 50% de los hombres de la entrevista pensaron que la víctima provocó la violencia cuando es muy probable que fueron ellos los agresores. ¿También, como la sociedad ha educado a las mujeres para que ellas también crean que provocan la violencia intrafamiliar?

En cuanto al machismo, más de la mayoría de los entrevistados y las entrevistadas piensan que todavía hay actitudes machistas en su comunidad. Pero, al mismo tiempo consideran que muchas características machistas son parte de ser un verdadero hombre como proteger a la mujer, incluyendo la cuida diciendo como vestirse.

Tal vez, no consideran que el machismo es un problema. Pueden identificarlo sin creer que es un problema. También, el machismo está tan enraizado en la cultura y las dinámicas entre los géneros que está normalizado. Entonces, si las mujeres no consideran que el machismo causa problemas entre sus relaciones y sociedad, será más difícil para ellas identificar el abuso de sus derechos debido a la normalización de las actitudes machistas en la sociedad.

Además, según los resultados, parece que las mujeres todavía usan las expectativas y normas de la sociedad para evaluar el carácter de un hombre. Desde niñas, eran educadas a valorar estos atributos de los hombres, a pesar de que son cuestionables y son características que llevan al comportamiento de violencia. Y en su rol de madres, es probable que estas mujeres eduquen a sus niños que esto es lo que significa ser hombre.

Otro resultado notable es que casi todos las mujeres y los hombres entrevistados sabían que los niños tienen derechos, pero al mismo tiempo, casi todos creen que los niños deben callarse cuando los adultos hablan y los adultos siempre tienen razón. Es un problema si los adultos no crean espacios para que los niños opinen. Si los niños no aprenden de una edad pequeña a cuestionar y analizar las decisiones de otra gente y la organización de la sociedad, no serán adultos con la capacidad de influir en el gobierno y la comunidad. Tenemos que valorar los niños por invitarlos a participar en conversaciones críticas.

Además, vemos la continuación de los estereotipos de género en los resultados de la encuesta. La gran mayoría de los que respondieron eran mujeres (119 mujeres comparado con 39 hombres) porque estaban en sus casas porque eran amas de casa. Tenemos que considerar la mayor cantidad de mujeres que hombres que contestaron cuando queremos comparar los resultados entre los géneros ya que tenemos más información de las mujeres.

Aparte de la cuestión de cantidad de entrevistados, quería comentar en las condiciones en las que las entrevistas ocurrieron. Es imprescindible que analicemos el ambiente en cual las entrevistas ocurrieron. Dado que preguntamos sobre temas tan íntimos y serios como la violencia intrafamiliar, es necesario crear un ambiente tranquilo y un espacio seguro y de confianza. Sin embargo, muchas entrevistas ocurrieron en las calles (áreas públicas) o en los hogares. Críticamente, si hubiera violencia intrafamiliar, los hogares no serían lugares seguros y de confianza para las mujeres. Aunque siempre tenemos que priorizar la seguridad de nuestro equipo, en el futuro, también debemos asegurarnos de que proveemos ambientes tranquilos donde no hay un temer de ser escuchado por un familiar para que consigamos resultados precisos.