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El bienestar social trasciende una vez se sitúa al bienestar emocional como necesidad básica.

Hablar de salud mental pareciera ser todavía un tabú, especialmente en contextos en los que el apoyo psicosocial nace a raíz del abandono estatal y la ausencia de garantías para una óptima calidad de vida. Aquí debe primar la satisfacción de las necesidades primarias, dejando de lado otras dimensiones del ser que son cruciales para asegurar el bienestar integral. Por ello, Paz y Esperanza ha reconocido la evidente necesidad de que el acompañamiento psicosocial sea fundamental en la realidad comunitaria.

Abordando las habilidades para la vida, reconociendo la importancia de la prevención de violencias y apropiando acciones de empoderamiento y liderazgo, así se desarrolló este proceso que trajo consigo resultados satisfactorios como la puesta en escena de cada aprendizaje mediante dispositivos artísticos como esculturas, obra de teatro y coreografía. La comunidad del sector Altos de Oriente de la vereda Granizal pudo ser partícipe de todo esto, además de la posibilidad de vincularse a otros espacios de asesoría jurídica y atención terapéutica, conversatorios con temas diversos asociados al bienestar emocional, además de la oferta cultural y recreativa.

Este evento permitió movilizar a la comunidad hacia la resignificación de la salud mental, comprendiendo así lo esencial que representa el acompañamiento psicosocial, pues es desde aquí que se pueden obtener los recursos necesarios para enfrentar la complejidad que entraña las realidades a la cuales nos enfrentamos, especialmente aquellas que inciden directamente sobre la vida e integridad de las mujeres. En espacios de conversación, se preguntó sobre aquellos mensajes que podrían darse a una mujer violentada. Aquí una voz de emancipación y resistencia:

Que no se quede callada y que diga todo el sufrimiento que ha pasado, que se desahogue con la persona de confianza, que todo lo que sufrió, que esa persona pague por lo que hizo, pero que ella no se quede callada y no se haga daño a sí misma y que no siempre tenemos que quedarnos calladas por lo que nos pasa y por todas aquellas que ya no están, que no pudieron alzar la voz hay que hacer pagar y hacer justicia por todas ellas, que ya no están y no alzaron su voz. (Joven participante, vereda Granizal)