El 9 de abril posee una impronta importante para Colombia, pues es el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado. En torno a esta fecha emblemática se resignifica la pujanza de quienes, afectados por una guerra de más de sesenta años, siguen creyendo que la paz es posible.
En la vereda Granizal, lugar receptor de víctimas del conflicto en su mayoría, se llevó a cabo un encuentro conmemorativo por esta fecha, al cual asistieron organizaciones sociales, la municipalidad y los protagonistas de este espacio: la comunidad. Este escenario posibilitó que se reconocieran acciones, especialmente desde las Mujeres de la memoria, en demostrar la importancia de contar el qué y cómo sucedió, siendo esta una forma de irrumpir en el silencio que se instala una vez no hay garantías de vida digna, o cuando no existe restablecimiento de derechos.
Una vez más se ubica en el centro la resistencia de las mujeres ante la revictimización, sus formas de hacer memoria ante el olvido o la negación. Todo ello se ve reflejado en sus tejidos que narran historias, en un lugar llamado Rincón de la memoria como espacio parlante que enuncia consignas relacionadas con la importancia de la sanación, la unión y la persistencia en la búsqueda de la verdad, en reparar un tejido social que, si bien ellas no han deshecho, el asumirse como supervivientes les lleva a seguir hilando puntadas hasta que el poder vivir sin miedo sea una realidad, en la medida que aquello que generó heridas profundas, siga sanando. Así lo reafirman una mujer integrante del grupo:
Uno el pasado no lo olvida. Uno puede perdonar, pero ese recuerdo no lo recuerda tan doloroso como pasó esa situación, uno trata cada día de irlo superando o haciendo como un luto de algo para poderlo superar.
Otras mujeres, por su parte, mencionaron aquello que expresó la comunidad al participar de este evento:
Esas personas que vinieron se sintieron muy agradecidas y sintieron mucho impacto al entrar allá y uno comentarles pues algo de lo que había ahí y lo que uno tenía que eran como dibujos o fotos que habían ahí, entonces dijeron: “la verdad es que no es decir las mujeres de las memorias, o decir el Rincón de la memoria, si no es que acá hay cosas en realidad que nosotras no las conocíamos, ni las habíamos visto” entonces yo pienso que es un lugar y una motivación de tanta gente que vino para que se llevaran algo que ellos no lo conocían y que nosotras creemos que no estamos haciendo nada, pero estamos haciendo mucho, y estamos siendo reconocidas no solamente en Medellín, si no en muchos lugares y en muchos países del mundo.
Muy bueno porque es mostrarles que tenemos algo para brindarles, cosas que ellos no saben, que las mujeres de la memoria no solamente es que lo recordar, sino que también que recordar es vivir y contando vamos sanando y lo hemos palpando y hemos tenido redes de apoyo.
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