Las visitas a comunidades de fe en Urabá siempre generan expectativas, toda vez que su voluntad en aprender son el incentivo para crear procesos que sean sostenibles en el tiempo.
En el mes de marzo se llevó a cabo un ciclo de encuentros con las iglesias articuladas al proceso Unidos por la convivencia. Estos pretendían centrarse en encontrar dispositivos activadores de la memoria que permitieran que cada persona narrara sus vivencias de manera sentida y creativa, para que, al momento de llegar a los puntos álgidos de sus historias permeadas por las afectaciones del conflicto armado, pudiesen ver en dicho dispositivo una manera de tramitar la carga emocional que ha generado tales sucesos.
Ante ello, existía otro reto adicional: identificar un punto de encuentro entre la intencionalidad del dispositivo como activador de la memoria y su conformación como expresión de fe, siendo este un componente identitario y esencial para las iglesias. Así, surgieron entonces las Lámparas de la verdad, como elemento unificador de la historia de vida y la fe como aspecto trascendental. Mientras cada hilo rodeaba el molde circular de lo que posteriormente sería una lampara, cada persona ponía en la palabra desde historias de su infancia, hasta los momentos que pusieron en vilo su integridad por la llegada de la guerra a sus territorios, y la manera en que sus convicciones han sido fuente de fortaleza para poder sobreponerse a las afectaciones de este fenómeno, y seguir avanzando.
De esta manera las iglesias en Urabá nos inspiran a seguir otorgando importancia a los procesos de memoria histórica y colectiva, los cuales contemplan elementos reparadores en tanto vehiculizan el trauma, sino que además se configuran en emblemas de fe que emiten un mensaje claro hacia la construcción de paz, la verdad y la reconciliación.
Post a comment