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La continuidad que avizora nuevos alcances.

Una de las razones que más genera expectativas para proseguir con nuestro trabajo de acompañamiento, es la voluntad de los grupos en permanecer, todo ello dado desde el reconocimiento que cada grupo de iglesias, mujeres y jóvenes han otorgado al proceso junto a Paz y Esperanza. La asistencia significativa a los primeros encuentros devela el interés por la continuidad, por ello, como equipo interdisciplinario ha sido crucial escuchar a cada grupo sobre la manera en que consideran proseguir, identificando aquello que desde el acompañamiento psicosocial es importante seguir profundizando.

De esta manera dijimos ¡Iniciamos! Gestando nuevas temáticas sobre las cuales hoy podemos dar cuenta de los avances significativos con los diferentes grupos. Desde el grupo de las Mujeres de la memoria, hemos comprendido lo valioso que es para ellas abordar sus historias de vida desde dispositivos que les permitan nombrar aquello que activa sus memorias. Los tapetes han sido uno de esos pretextos para que ellas emprendan un viaje para revisitar su pasado, reconocer su presente y seguir tejiendo sueños sobre su futuro. Todo ello ha sido posible desde el reconocimiento de su potencial como mujeres resilientes que han afrontado las complejidades que traen consigo problemáticas como el conflicto armado. En uno de los encuentros mientras tejían los tapetes se les preguntó si se consideraban víctimas, sobrevivientes o supervivientes, para lo cual algunas de ellas respondieron:

“Yo me coloqué en superviviente, porque a pesar de todo, he sido capaz de avanzar. Porque la victima es la que sigue en dolor, y yo ya me siento libre de esa carga de eso que me pasó, yo ya me siento superviviente.” (Mujer participante, Grupo de la Memoria, Nueva Jerusalén)

“Superviviente también porque de las cosas malas que nos pasaron en el pasado ya hoy día estamos más bien recuperados, no nos quedamos ahí. Por ejemplo, a mí en La Honda me iban a matar porque iban por mí a mi casa, yo sé que iban por mí por el motivo de que mi hijo estaba en el ejército y yo iba cada ocho días a visitarlo hasta Rionegro. Entonces no nos quedamos ahí, salimos con mucho miedo y gracias a Dios no nos pasó nada, o no me pasó nada, pero eso ya no me afecta tanto como afectaba primero, ya hemos avanzado en eso.” (Mujer participante, Grupo de la Memoria, Nueva Jerusalén)

Por su parte, las juventudes también han venido incursionando en un módulo llamado: camino de sueños. Desde la pintura han podido plasmar los aprendizajes generados en el acercamiento a los diferentes principios para la vida que hemos trabajado en cada sesión. Algunos de ellos nos narran la manera en que han aplicado dichos principios y la manera en que se han sentido durante el proceso:

Las actividades son muy buenas. En la cartelera de hace 20 días había una cosa que decía que no vayas por el camino de lo peligroso, sino que seas sabio y ve por el camino del bien. Este principio lo puede poner en práctica. (Joven participante, vereda Granizal)

“Yo me sentido muy bien acá, estoy muy feliz de compartir con todos los amigos y me gusta mucho venir acá. El principio que más me ha gustado es dignidad. El significado de mi nombre es elegido por Dios, yo a veces me siento así cuando hago algo bueno entonces ahí es donde yo me siento elegido por Dios.” (Joven participante, vereda Granizal)

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