El año 2024 cerró en medio de espacios de reflexión y construcción colectiva que dieron lugar a evaluar nuestras acciones con los grupos que acompañamos. Las iglesias como actor fundamental en nuestros procesos compartieron sus apreciaciones sobre las fortalezas, así como los aspectos a mejorar con miras a nuestro crecimiento como organización.
A la manera de una matriz DOFA, cada participante del proceso con comunidades de fe realizó un análisis que permitiera tener una mirada más amplia de cómo Paz y Esperanza aporta a sus necesidades psicosociales desde el acompañamiento a la salud mental con un enfoque psicosocial. El espacio de plenaria posibilitó escuchar las voces de cada participante desde lo significativo de nuestro apoyo, así como identificar oportunidades de crecimiento.
Esta jornada de encuentros también contó con un espacio de diálogo centrado en masculinidades alternativas, pues se ha reconocido la necesidad de propiciar encuentros en los que hombres puedan comprender la importancia de articularse a la prevención de violencias basadas en género (VBG), propiciando lugares seguros para el apoyo emocional.
El cierre estuvo mediado por un espacio de gratitud acompañado de un elemento simbólico que representa comunión trascendente como es la cena del Señor. Esta revitaliza nuestra esperanza en seguir transitando hacia la paz y la reconciliación.
En memoria del Jesús del camino, ¡seguimos!
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