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Paz y Esperanza Colombia realizará presencia donde exista necesidad, exclusión o injusticia.

Para nuestra organización es un compromiso trabajar en construcción de una paz estable y duradera en medio del conflicto que aún permanece en el Urabá antioqueño, en donde se implementaron acciones en articulación con entidades internacionales y locales, con proyectos como Unidos por la convivencia, Confío en ti, Renovemos nuestro Mundo y mujeres líderes. 

Giovanny Gómez director de Paz y Esperanza Colombia relata que, “Este año llegamos a otros municipios, trabajamos con pastoras y líderes religiosos con muchas historias, con seres queridos asesinados o desaparecidos, con una fuerte tensión porque son oficios ministeriales con una carga espiritual grande y hoy se sienten abandonados, sin una cobertura integral porque se deja abierto en un territorio difícil, con síntomas como la ansiedad, depresión e ideación suicida”. 

Esto permite darle continuidad a los proyectos adelantados durante años anteriores gracias al vínculo con las personas, las organizaciones, las comunidades y los territorios, a partir de la confianza, la gratitud y el compromiso depositado. 

Al respecto, el pastor Marcos Mosquera, expresa afectuosamente, “son como una familia y a nivel personal es como un padre. No es un proyecto que se casa con una persona o con una iglesia, se casa con una comunidad y eso es lo impactante, porque por medio de Paz y Esperanza somos bendecidas muchas personas, y la gente que tiene liderazgo espiritual se piensa es en una colectividad que es lo que Dios a través de su hijo Jesucristo ha querido”.

Estos procesos se adelantaron con recursos económicos de entidades de cooperación internacional como USIP, Tearfund, Brot für die Welt y ACT Aliance. Además de todas las estrategias de relacionamiento con organizaciones de base social como Shalom, DIPAZ, CEDECOL y demás entidades públicas.