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Informe de gestión 2021

Colombia atravesó en el 2021, por acontecimientos como la pandemia del Covid y la violencia generalizada, en las desigualdades donde los más vulnerables son los territorios empobrecidos, el sobrecosto de la canasta familiar y la condición de vida se vuelve más difícil para las familias, en muchas partes del país un aumento de la violencia intrafamiliar y la desesperanza queda impregnado en un trauma colectivo, por ende, las personas han quedado en una situación de salud mental con repercusiones visibles en el sentido del dolor por las pérdidas y el miedo constante de la pandemia, invisibles porque se ha naturalizado la situación de muerte e incertidumbre, esto en nivel emocional y psicosocial es un gran vacío, aumentando el conflicto armado en lo rural y en lo urbano con todas sus dinámicas de violencia presente en los territorios que hacemos parte.

Entre los hechos nacionales que conmocionaron, tormentas políticas entre casos de corrupción y desfavorabilidad gubernamental, inicios del plan de vacunación, continuidad de asesinatos de líderes sociales y ambientales, falta de apoyo y seguridad en el acuerdo de paz y protestas nacionales que muestran un descontento con las políticas, entre ellas la reforma tributaria, generando atropellos y excesos en la fuerza pública y civil. Todo ello, ha generado una inestabilidad en el país, recrudeciéndose con el tema electoral en Colombia. Frente a la justicia transicional, por falta de garantías políticas y la oportunidad de generar pedagogía en el país, la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, prolonga su mandado 6 meses más, para estar fuera del tiempo de elecciones y consolidar su mensaje en muchas caras de la sociedad colombiana.

El COVID-19 se ha extendido significativamente en los asentamientos periurbanos, donde la gente vive hacinada en casas de una sola habitación, en zonas inseguras y montañosas, con acceso limitado a los servicios básicos. La pandemia ha sido especialmente devastadora entre las grandes ciudades y las comunidades rurales. Algunas de ellas, con escaso acceso al agua potable y al saneamiento, estas comunidades tienen servicios sanitarios limitados. Entre el sector religioso es donde hay menos información y tiene mayor oposición a la vacunación, reflejando una ausencia de sabiduría con consecuencias graves en su población.

Ante los problemas anteriores descritos y el desafío en la continuidad de nuestro acompañamiento como organización de fe, quiero reconocer y agradecer al equipo de trabajo, fue muy importante en la consolidación de los procesos y metas que teníamos en el 2021, en las diferentes comunidades donde estamos, en muchas ocasiones extralimitar su responsabilidad por servicio a las personas y con el riesgo de contagio (con todas las medidas de bioseguridad), gracias a Dios ninguna persona se contagió en nuestras labores y cercanía relacional.

Los logros obtenidos en el 2021 es el resultado de un esfuerzo colectivo que trasciende al equipo de trabajo Paz y Esperanza Colombia. Estos son los logros también de los lideres y lideresas de las iglesias y comunidades de fe que nos han permitido servir y aprender a su lado; de las organizaciones aliadas con quienes trabajamos en las distintas redes y plataformas; de los socios y donantes que respaldan y promueven estos esfuerzos; de los voluntarios y voluntarias que ofrecen su tiempo y capacidades para servir a otros; de nuestras oficinas hermanas de la fraternidad Paz y Esperanza; y de muchas personas más con quienes compartimos este sueño de un mundo más justo, pacifico y democrático.

En el 2022, con nuestro lema institucional y celebración nuestros 5 años como Paz y Esperanza en Colombia, podamos decir: JUSTICIA ES POSIBLE, continuemos a portando a la transformación de nuestro país.

Conoce el “Informe de gestión 2021” completo.

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