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Paz y Esperanza celebra la permanencia y el trabajo realizado con 11 iglesias.

Durante el 2021 el proyecto agrupó alrededor de 27 pastores y líderes eclesiales de los municipios de Chigorodó y Turbo para fortalecer el accionar cristiano a través de un perfil denominado “Agente transformador”, con encuentros virtuales y presenciales en donde se abordaron temáticas como el lamento y la reconciliación.

Marivel Murillo habitante de la zona y participante de la organización expresa “Paz y Esperanza ha hecho verdaderamente honor a su razón de ser en el aspecto del amor, la esperanza, el afecto y la justicia”.

Este proyecto se carga de importancia debido a que el Urabá antioqueño ha sido un territorio históricamente afectado por diferentes tipos de violencia y el conflicto armado.

“Hemos venido para aprender con base en lo bíblico, la igualdad y la desigualdad de lo que se vivió en los tiempos antiguos y en nuestros tiempos. Y sobre cómo actuar como agentes de transformación frente a la desigualdad que se vive hoy en día. Pensar qué estamos dispuestos a hacer como iglesias, como cristianos. Entonces uno de los aprendizajes de Unidos por la Convivencia es aprender hacer ese agente transformador en medio del conflicto” argumenta Jobani Agaméz de la Iglesia Misión Cuadrangular La Piscina de la Vereda La Esperanza de Turbo.

Para el 2022, Paz y Esperanza proyecta continuar con su accionar desde ese enfoque de Misión integral, para aportar a procesos de paz, justicia y reconciliación.